La construcción de un jugador de baloncesto
Los periodos festivos, traen consigo numerosos torneos en categorías formativas, como los nuestros en Semana Santa, puente de mayo o incluso verano. Este tiempo es aprovechado por clubes, familias y jugadores para seguir su proceso de mejora. Algo muy positivo para su formación.
Sin embargo, esto me lleva a reflexionar sobre la importancia de hablar sobre qué tipo de jugador queremos construir y cuáles son las necesidades del baloncesto en la actualidad. La competición, mal entendida, puede ser un arma de doble filo para el desarrollo integral del deportista. En cambio, bien utilizada es un instrumento clave del proceso de enseñanza-aprendizaje. Por muchos es sabido que quien gana es siempre alto y rubio de ojos azules, y que parece que ganar multiplica el aprendizaje. No creo que sea así.
Tipos de jugadores de baloncesto y su formación
Escuché a Marcelo Bielsa, entrenador de fútbol, hablar sobre la teoría del bambú. En ella habla de cuánto tarda en crecer la planta, pero que una vez lo hace, es fuerte y con una gran adaptabilidad a cualquier contratiempo. Esto es aplicable a la formación (y no sólo a ella) y la importancia de construir en el largo plazo, sin coger atajos, para que las raíces sean firmes. De esto trata el entrenamiento, de los impactos significativos que provocan que los aprendizajes sean duraderos y significativos en el tiempo.
Por muchos es sabido la admiración que les profeso a profesionales como David Cárdenas, Paco Alarcón, Diego Ocampo u Óscar de Paula, perfiles muy diferentes de entrenadores, pero de los que he tenido la suerte de beber y aprender.
El entrenamiento debe huir de lo estanco. Es un proceso dinámico, abierto y en continua evolución. El baloncesto es un deporte de imprecisión, incertidumbre y cambios constantes. Lo que en las próximas líneas expondré son algunas de las ideas que he intentado implementar sobre la formación, cómo entiendo el entrenamiento en baloncesto y cómo unir las demandas y necesidades del deporte de alto rendimiento con la formación. El baloncesto, a cualquier nivel, es un deporte de exigencia. Tenemos un gran arma: la ilusión de los jugadores. Mientras esta dura, también lo hará nuestra credibilidad.
Competición en baloncesto de formación
Hace unos días leía al entrenador y Coach Deportivo Xavi García hablar sobre cómo deberían re-organizarse las categorías no atendiendo en exclusiva a la edad. Él propone, utilizando el ejemplo de la categoría cadete, cadete Social, cadete de competición y cadete de alta competición. Podría ser un apartado interesante sobre el que debatir. Sin embargo, intentaré ahondar en otra serie de componentes que tratarán de explicar cómo se interrelacionan todas las dimensiones del rendimiento deportivo. Todo nace del juego y del jugador. Creo en eso y es lo que trataré de argumentaros.
Creando IQ en los jugadores de baloncesto
La construcción de jugadores inteligentes ha sido uno de los mantras sobre los que he dedicado más tiempo en mi formación académico-deportiva. Si bien desde hace 4 años me dedico a la categoría senior, nunca he dejado de estudiar y hacerme preguntas sobre cómo podemos acompañar a los jóvenes en su proceso de mejora.
Son muchos los elementos que en él intervienen, intentaré dejar claros mis posicionamientos y explicarle al lector por qué creo fervientemente que los métodos de entrenamientos que surgen del juego y del jugador son mucho más significativos que aquellos que surgen del propio conocimiento del entrenador. No busco satanizar, sino todo lo contrario.
Creo que es indispensable la convivencia de los métodos ya que cada contexto es diferente y, en definitiva, el papel lo puede aguantar todo. Una de las grandes habilidades que debe poseer el entrenador (en cualquier categoría) es la de estar en constante formación para así, también, reconocer la nueva realidad social.
El mago del baloncesto es el balón. Tenerlo presente permitirá que el jugador se enamore del juego. Un aspecto que, a veces, olvidamos pero que es básico. Incluso más importante que el mero hecho de adquirir un rico bagaje técnico-táctico. Ayudemos a nuestros jugadores a amar el juego.
Acabaré el artículo, haciendo una breve exposición de una serie de tareas que solemos trabajar basándonos en las ideas “teorico-práctica” que aquí se exponen.
¿Qué necesidades hemos de satisfacer?
La calle era eficiencia. Se ha perdido. Por tanto, el entrenamiento debe dar respuesta a nuevos planteamientos antes desconocidos. Lo que hace unos años nos valía por la cantidad (y calidad) de hora de juego libre y espontáneo hacían los más jóvenes, en la actualidad se ha traducido en todo lo contrario. Prohibido jugar a la pelota y niños enganchados a las nuevas tecnologías. Debemos utilizarlas como cómplices de aquello que necesitamos, por ejemplo, poniendo tareas como buscar recursos técnicos de determinados jugadores. Sin embargo, esto no acaba con el déficit motriz derivado de la disminución de horas de actividad física.
Es por esto, que el entrenamiento debe generar curiosidad en los jugadores para que eso genere motivación y permita un clima atencional óptimo para desencadenar el aprendizaje. Sin embargo, ¿cómo podemos conseguirlo?
El baloncesto es un deporte de elevada complejidad por su incertidumbre, presión temporal, la cantidad de información, consecuencias de las decisiones, influencia de compañeros y adversarios, la variabilidad del contexto o la presencia de múltiples distractores. Para que el entrenamiento sea significativo, hay que entender la lógica interna de nuestro juego.
Cómo satisfacer esas necesidades en la formación de los jugadores
Cuando he tenido la posibilidad de estar llevando algún tipo de coordinación o varias categorías, siempre intentaba establecer 3 prioridades claves que debían definir a los jugadores de un club. Esto es, que desde fuera la gente sepa reconocer cómo se trabaja en el club, debido a los patrones o valores sobre los que se impregnan a los jugadores. Un buen ejemplo, podría ser el Celta Baloncesto, donde gran parte de la camada de jugadoras actuales en el panorama nacional han salido de esa cantera, caracterizándose por su polivalencia, lo que las hace impredecibles.
Para mí, los 3 elementos clave sobre los que he intentado construir programas de entrenamiento son: el tiro, el IQ (comprensión de juego) y la actividad-energía. Entrenadores, por favor, respetemos al jugador que tiene energía. Me gustaría que en mi club se viesen en los jugadores salidos de la cantera que esto se consigue. Es obvio, y así lo creo, que todos los jugadores necesitan un traje a medida. Eso no nos exime de intentar construir unos valores comunes den sentido al entrenamiento. Además, será indispensable hacer partícipe al deportista de esas necesidades. El entrenador deberá encontrar qué emociona al deportista para construir necesidades a partir del entrenamiento.
Las carencias que más se observan en la actualidad se dan en:
- La comprensión del juego
- Toma de decisiones
- Capacidades coordinativas
- Optimización de la técnica
- Autoconocimiento de las limitaciones y fortalezas
Junto con Javier Oliveras (QePD), Catedrático del INEFC de Barcelona, creamos un programa de entrenamiento para la formación de jugadores tácticamente inteligente que abarcaba los 9 a los 17 años. En él, diferenciamos algunos básicos que definían a los jugadores expertos de aquellos que no lo eran. Estos básicos, deberían ser lo que persigamos en el proceso de entrenamiento:
Aspectos básicos diferenciadores de un jugador con IQ
- Excelentes capacidades coordinativas y habilidades motrices
- Atención y IQ. La atención será el equilibrio entre actividad y disciplina, lo que nos permita dirimir qué estímulos son relevantes y cuáles desechar. Por supuesto que hay que seguir educándola.
- Impredecible y acciones sorpresivas
- Creatividad
- Apasionados
- Ambiciosos (competir bien)
- Auto-control, autoconfianza, motivación y resiliencia
- De talento motriz (edades iniciales: habilidades globales, trabajo en multitareas) al talento específico del baloncesto.
Como identificar y entrenar a jugadores con IQ como entrenador
Lo vemos cada día. Los grandes jugadores son los que marcan conductas engañosas. Esto es indicativo de la enorme comprensión del juego que poseen, lo que les permite incluso jugar por encima del propio juego. Esas intuiciones no necesitan de la repetición. Necesitan de interiorizar los porqués del juego y las relaciones que se establecen.
Siempre me gusta diferenciar, ya que se lo leí a Paco Alarcón, entre creatividad táctica e inteligencia táctica. Dos aspectos conectados e indispensables en el jugador experto en baloncesto. La inteligencia buscar regularidades, entender y anticipar en base a las probabilidades por su experiencia, en definitiva, reducir la incertidumbre. Por otro lado, la creatividad busca las respuestas originales, aumentar la incertidumbre y sorprender al rival. Ambas conviven, y ambas debemos potenciar en el entrenamiento. Como eje vertebrador del proceso: el juego.
Ningún jugador es una hoja en blanco. Todos somos “árboles torcidos”. De ahí la importancia que desde los estamentos de club y federaciones se establezcan una serie de patrones básicos consensuados sobre los que girar el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Claves para el entrenamiento
Si queremos construir jugadores basándonos en los pilares antes mencionados, el entrenamiento deberá tener como eje vertebrador las siguientes ideas fundamentales:
- CONTEXTO que fomente la curiosidad, la sorpresas y los impactos emocionales
- PLANIFICACIÓN y PLANTEAMIENTO DE TAREAS basados en la creatividad, el riesgo, optimismo y búsqueda autónoma de soluciones. En palabras de David Cárdenas, la función del entrenador debería ser acabar dejando de ser indispensable. Esto significaría que los jugadores cada vez van adquiriendo más y más autonomía
- SIEMPRE PRESENTE: la variabilidad, diferentes escenarios de aprendizaje y la incertidumbre
Claves para el juego
El entrenador acompañará a leer el juego. Para ello hay que jugar. En el sentido completo de la palabra. No sólo pensar, si no dejarse llevar. Una capacidad que deberíamos cultivar mucho más es la observación (aprender desde fuera como si estuvieras dentro).
No sólo para el entrenador, sino también para los propios jugadores que no participan en un determinado momento de forma activa en el entrenamiento o en la competición. Me gustó mucho una frase: el jugador es quien nos entrena. Muy interesante y aplicable a lo que vengo exponiendo. Haremos preguntas que iluminen, que hagan de la reflexión un proceso que permita al jugador descubrir el saber. Como señalaba, las preguntas surgen de las necesidades, surgen del juego.
El error también debe estar presente si seguimos los principios antes mencionados. El error como parte innegable del proceso de entrenamiento. Un error que conduce a una experiencia no lo deberíamos considerar error, sino todo lo contrario. Es lo que vivimos lo que nos hace aprender. El tratamiento del error no puede ser banal.
No todos los errores son iguales y hay algunos que también se darán por nosotros (Malos planteamientos, objetivos demasiados grandes o pequeños que dificultan la superación, etc.). No es lo mismo un error por conocimiento de juego que un error de fundamentos. El tratamiento posterior que hagamos será totalmente diferente.
Decía al principio que el baloncesto es un deporte de incertidumbre. En la incerteza no puede existir la inseguridad o el miedo. Debemos ayudar al jugador a construir certezas. A veces, para cambiar paradigmas de lo tradicional a lo contemporáneo es necesario un fracaso previo.
El entrenamiento no interioriza patrones o conductas. El entrenamiento las rebela porque quien es poseedor de las mismas es el jugador, no el entrenador. Lo que enseñamos ya lo sabe hacer, simplemente no es consciente de que posee esos recursos. El entrenador debe hacerle consciente.
Cómo enfocar un entrenamiento eficaz para jugadores de baloncesto
Decía Juanma Lillo, entrenador de fútbol, que, tratando de acabar con los malos jugadores, hemos acabado con los buenos. El planteamiento de problemas debe ser un traje a medida. Los humanos nos adaptamos a lo diferente, a lo novedoso, en la naturaleza nada se manifiesta por igual.
En líneas generales, las principales reglas que debemos tener en cuenta para construir un entrenamiento (y tareas) eficaces son las siguientes:
- OBJETIVOS REALISTAS: la fijación de objetivos en las tareas y en las sesiones es fundamental para un entrenamiento significativo. Cuando la consecución del objetivo o no de la tarea determina la adquisición de un aprendizaje lo puede acelerar. Surgen necesidades y el jugador busca soluciones de forma autónoma.
- VARIEDAD EN LAS TAREAS: no caer en la monotonía
- PERSEGUIR LA AUTONOMÍA DEL DEPORTISTA
- MEJORAR LA CAPACIDAD ATENCIONAL DEL DEPORTISTA: variedad de estímulos, focos cambiantes, simples, múltiples, etc.
- NO OBVIAR LA CONSTRUCCIÓN DE RELACIONES SOCIALES EN EL GRUPO: entrenar es, de un modo u otro, crear sinergias entre compañeros.
- MOTIVACIÓN INTRÍNSECA: surge del jugador. Nosotros somos potenciadores, no animadores.
- FEEDBACK variado potenciando el FEEDBACK INTRÍNSECO: el cual permitirá que el jugador entienda el porqué de sus errores y qué procedimiento seguir para mejorar y alcanzar el objetivo planteado.
Patrones de intervención didáctica para jugadores de baloncesto
La intervención didáctica en el proceso de entrenamiento, siguiendo las pautas establecidas por David Cárdenas, debería seguir el siguiente patrón:
- Planteamiento de la situación (planteamiento de objetivos)
- Libre exploración
- Reflexión inducida (el entrenador como guía del proceso mediante preguntas, adaptaciones de tareas, etc.)
- Provocación (orientar las respuestas con cambios de normas, exageraciones en la tarea, etc.)
- Presentación de posibles alternativas
- Puesta en práctica de soluciones
- Reforzamiento de respuestas (“repetir sin repetir” en contextos específicos)
- Generalización (transferencia y aplicación)
Ejemplos sencillos de tareas para poner en práctica en entrenamientos de baloncesto
2vs1 a partir de mano a mano
En esta tarea buscaremos que el jugador pruebe cosas diferentes a máxima velocidad, para que se familiarice en situaciones de ventaja con el medio táctico del mano a mano.
3 VS 3
Donde el equipo atacante puede usar a un comodín (pasándole balón e intercambiando roles con pasador) o utilizar alguna de las puertas de modo que defensor de balón deberá perseguir. De este modo generan cierta ventaja para el ataque y trabajar así diferentes ideas, sinergias entre compañeros, gestos con ventaja o conceptos sencillos de juego.
Síntesis de juego
Huyamos de análisis superfluos. El humano deportista es como el iceberg. No se ve todo lo que es, únicamente un ápice. El arte de acompañar y guiar el proceso y de aprender del jugador harán que sus potencialidades afloren.
Metodológicamente, nuestra intervención como entrenador deberá tener en cuenta los siguientes criterios:
- Interacción motriz: estamos ante deportes colectivos de elevada complejidad e incertidumbre, con respuestas abiertas. El entrenamiento debe atender a esas necesidades.
- Alto nivel de incertidumbre en las tareas
- Estímulos elevados, variados, cambiantes e inesperados
- Ajustados a las posibilidades reales de los deportistas
- Atención a diferentes estímulos simultáneamente y cambios del foco atencional
- El entrenador debe estimular la búsqueda y el descubrimiento de nuevas posibilidades
- Atender al factor mental y tenerlo en cuenta en la construcción de tareas
- Cambios de normas durante la tarea
- Prohibir determinadas conductas muy automatizadas
Como leí a Seirul-lo: “La esencia del aprendizaje de un entrenador es mirar a sus jugadores mucho tiempo. Mirar y no decir nada. Impregnarse de lo que son capaces de hacer. Dejarlos que se manifiesten tal como son”. Feliz Basket.
Artículo escrito por Gabo Loaiza.
Una respuesta
[…] eje central son los jugadores y mucho más en formación, que como ya explicamos en este artículo, podemos ayudarles mucho a convertirse en los jugadores que quieran ser. Los entrenadores debemos […]